Areas de aplicación

En México los actuarios han incursionado en una gama de áreas de aplicación muy diversa, pues no sólo los individuos están sujetos a diferentes tipos de riesgos, sino también las empresas y la sociedad en su conjunto viven situaciones de incertidumbre. Lo anterior, aunado al hecho del rigor matemático que obtuvo la carrera al ser fundada en el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la UNAM, le ha conferido un rasgo distintivo a la actuaría en México: su carácter multidisciplinario o multifacético. Los actuarios mexicanos, principalmente a partir de los años sesenta, comenzaron a irrumpir en áreas que no son comunes en otros países, como la estadística, la probabilidad, la demografía, la informática y la investigación de operaciones, entre otras muchas.

Las áreas donde un egresado de la carrera puede desarrollarse son muy diversas, pues no son precisamente ramas de estudio de la Actuaría, sino que la Actuaría es un instrumento con el potencial para aportar soluciones a muchos campos.

Demografía

La demografía es el estudio científico de las poblaciones humanas. Una parte importante de estos estudios la constituyen las proyecciones demográficas.

Esta labor es de suma importancia pues permite la planificación. Pero para la toma de decisiones públicas es necesario tener una noción sobre las condiciones demográficas, por ejemplo para realizar planes de desarrollo como sociedad. Por ello las estimaciones de los actuarios pretenden brindar una idea general sobre el comportamiento de la población, la cual es recalibrada según se cumplan los escenarios supuestos.

Seguros

Para fines prácticos podemos clasificar la extensa lista de seguros que se pueden adquirir en el mercado en dos grupos: seguros de vida y el resto.

Seguros de vida

Un seguro de vida pretende resarcir la pérdida de ingresos que generaría la persona de estar con vida. El actuario se encarga de calcular una prima. Esa prima se cobra a muchos clientes interesados en adquirir un seguro, y el conjunto de ellas debe de ser suficiente para pagar a todos aquellos que fallezcan, además se utilizará para pagar los gastos administrativos propios de la empresa de seguros y obtener a su vez una ganancia.

Seguros de no vida

Nos referimos a aquellos riesgos con un evento asociado que, de suceder, ocasionaría una pérdida que podemos cuantificar.

Esto abarca una gran cantidad de seguros, todos aquellos cuya pérdida sea cuantificable y que tenga un tope máximo (seguro contra incendios para una fábrica, robo para un hogar, seguro marítimo, etc.). Sin embargo hay otro tipo de riesgos que tienen un detalle adicional: la ausencia de un monto máximo definido. Por ejemplo, un Seguro de Gastos Médicos Mayores. Este límite pasa a ser tarea adicional de los actuarios, puede fijarse desde el inicio del contrato un límite con el que el asegurado esté conforme, o puede transferirse este riesgo a una reaseguradora.

Para que la venta de seguros sea un negocio lucrativo, las aseguradoras cuentan con grandes portafolios, es decir, una gran cantidad de primas almacenadas. Los recursos económicos de estos portafolios no pueden ser gastados por la empresa, pues deben ser invertidos de tal forma que pueda hacer frente a sus obligaciones futuras con los asegurados: el pago de los siniestros. Esto introduce un nuevo concepto fundamental para las aseguradoras y también responsabilidad de los actuarios, la reserva técnica.

Cálculo de la reserva técnica

Si supiéramos con certeza la cantidad exacta de primas que recibirá la aseguradora (ingresos) y los pagos por concepto de siniestros que ésta hará a sus asegurados (egresos), el cálculo de la reserva se reduciría a una simple diferencia entre el valor presente de los egresos y el valor presente de los ingresos (recordemos que por valor presente nos referimos al valor actual del dinero que se ve alterado por las tasas de interés). Esta diferencia nos indicaría la cantidad de dinero que debe reservar la aseguradora para cumplir con su operación.

Sin embargo la incertidumbre de estos flujos de efectivo requiere de cálculos actuariales para constituir las reservas correspondientes a los riesgos en curso que fueron traspasados de los asegurados a la aseguradora.

La reserva descrita hasta ahora se conoce como reserva matemática, la reserva técnica es un tanto más robusta pues considera también los pagos de aquellos siniestros que ya ocurrieron pero que por alguna razón no han sido reportados a la aseguradora, así como también considera a los que ya fueron reportados pero de los que no ha sido calculado el monto exacto a pagar al asegurado, es decir no se ha establecido el valor de la pérdida.

Estas reservas son, después de todo, dinero de los clientes y por ello existe un marco normativo que regula a todas las aseguradoras con la finalidad de mantener su estabilidad económica, lo que permite  garantizar el interés público de los usuarios. Esta regulación la establece la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas.

Reaseguro

Retomando la idea de aquéllos siniestros que no tienen un límite, las aseguradoras suelen optar por transferir el riesgo asociado a grandes pérdidas. Para ello pactan contratos con empresas que aseguran los riesgos contraídos por las aseguradoras, las reaseguradoras.

Como actuarios dentro de una aseguradora es importante analizar las opciones para reducir los requerimientos de capital, para ello se hace la transferencia de riesgo con alguna reaseguradora. Naturalmente también se cede parte de las primas captadas de todos los asegurados. Los asegurados no suelen tener ningún conocimiento de la reaseguradora que respalda a la empresa a la que le compraron la póliza, y realmente no es necesario, pues los contratos aseguradora-reaseguradora no involucran a los clientes.

Las reaseguradoras tienen un papel muy importante dentro del sector financiero, pues son éstas quienes tienen la solvencia en casos catastróficos, sin ellas sería imposible superar una crisis económica, un desastre natural en alguna ciudad con alta actividad económica, el derrame de alguna plataforma petrolífera, etc.; esto debido a que las aseguradoras no tienen la capacidad económica para responder por sí solas a eventos con pérdidas de esa magnitud.

Seguridad Social

Se puede definir a la seguridad social como la protección brindada a la sociedad, proveniente de la misma, aunque administrada por el gobierno. Se ejecuta a través de programas financiados por la sociedad ofreciendo prestaciones destinadas a mitigar el impacto de contingencias como invalidez, muerte, accidentes laborales, enfermedades, vejez, entre otras.

El compromiso actuarial con esta rama es el cálculo adecuado de las aportaciones, que representarán las primas, así como la correcta inversión de tan grandes fondos. Los cálculos detrás de estas aportaciones resultan poco eficientes y la burocracia que rodea estos intereses impide su optimización. Este es sin duda un foco rojo de interés social en el que, como actuarios, debemos intervenir.

Pensiones privadas

Una de las contingencias más importantes a combatir por la seguridad social es la vejez. El costo de intentar mantener el nivel de vida de aquellos trabajadores jubilados es muy alto.

La complejidad de establecer programas gubernamentales para cubrir esto es enorme. La dinámica en nuestro país es la siguiente, la seguridad social se encarga de recaudar dichos fondos e invertirlos hasta el término de la vida laboral de los trabajadores, para que después éstos tengan la capacidad económica de adquirir una renta vitalicia en el sector privado. El papel estelar del actuario en este rubro es el cálculo de dichas rentas vitalicias, que fungen como pensiones al ser adquiridas por trabajadores inactivos. Como vimos anteriormente el precio de estos contratos dependerá mucho del comportamiento de la mortalidad en la población que se desea asegurar.

Finanzas

Aunque los seguros son el campo tradicional de la actuaría, los conocimientos propios de la profesión han hecho que los actuarios ganen terreno en el sector financiero. Por sector financiero nos referimos principalmente a los intermediarios de éste como la banca privada y de desarrollo, casas de bolsa, administradoras de fondos de inversión, etc.

Riesgos Financieros

Entendemos por riesgo la probabilidad de ocurrencia de un evento que ocasione una pérdida económica. Los riesgos financieros son aquellos relacionados con las posibles pérdidas generadas en las actividades financieras, tal como los movimientos desfavorables en las tasas de interés, en los tipos de cambio o en los precios de las acciones.

Las entidades financieras no buscan eliminar esos riesgos sino gestionarlos y controlarlos, para lo que necesitan identificarlos y medirlos. Al riesgo financiero lo podemos categorizar en cuatro grandes grupos:

  1. Riesgo de Mercado. Todos los instrumentos financieros que se operan entre entidades o personas están sujetos a la volatilidad de componentes del mercado financiero, como las divisas, tasas de interés o el valor de las acciones. Este riesgo pretende medir cómo se afectan los instrumentos (préstamos, acciones, derivados, etc.) que tienen las instituciones por cambios en el mercado. Más simple, mide cómo se afecta el precio de una hipoteca en pesos vendida por un banco a raíz de los cambios en la divisa euro/dólar, por ejemplo.
  2. Riesgo de Crédito. Es estar sujeto al incumplimiento de las contrapartes con las que se han celebrado contratos, es decir que no te paguen lo que tienes previsto. Este riesgo puede referirse a la principal actividad del sector bancario: la emisión de créditos a personas físicas, o bien, a inversiones y préstamos entre instituciones financieras.
  3. Riesgo de Liquidez. Es el relacionado al tener un déficit en la capacidad de las instituciones financieras para hacer frente a sus obligaciones en el corto plazo, es decir falta de dinero en efectivo, u otros activos de fácil transacción, para pagar sus deudas de días próximos. Se puede pensar también como la falta de equilibrio entre los plazos de las deudas y los ingresos estimados de una institución (descalce de balance).
  4. Riesgo Operacional. Aunque no está bien delimitado, este riesgo es el concerniente a pérdidas financieras ocasionadas por fallas o insuficiencias de procesos, personas, sistemas internos, tecnología, y en la presencia de eventos externos imprevistos.

Si estos riesgos no son monitoreados constantemente podrían presentarse pérdidas enormes para las instituciones financieras y, por ende, para el público usuario. Por esta razón existe un organismo regulador, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que establece, entre otras muchas cosas, ciertos límites de riesgo que no deben exceder los portafolios de las empresas. A continuación se explica qué es un portafolio.

Portafolios de inversión

Todo el dinero captado por las instituciones financieras debe ser invertido con la finalidad de generar rendimientos como negocio, así como para el cliente.

Tomar la decisión de en qué y cuánto invertir todo el portafolio no es nada sencilla. Es imposible garantizar un nivel de ganancia si se invierte en activos riesgosos.

Productos financieros derivados

En el mercado existe una gran variedad de productos financieros (activos financieros) y representan un valor para quien los adquiere, los más comunes son aquellos que dependen únicamente de sus características para calcular su costo.

Los productos financieros derivados los podemos definir como aquellos productos cuyo valor depende del precio de otro activo. Este activo lo conocemos como activo subyacente y tiene la peculiaridad de que su valor varía con el tiempo.

Para fijar ideas pensemos en un activo subyacente muy simple: el oro. El oro es un activo pues se puede adquirir y representa un valor. Su precio el día de hoy depende únicamente de la cantidad de oro a comerciar, y su precio en cualquier día futuro es variable, pues depende de muchos factores como la economía global, la oferta y la demanda, políticas de los bancos centrales del mundo, etc.

Una empresa minera (vendedora-de-oro) tiene una estrecha relación comercial con una empresa joyera (compradora-de-oro). Para su administración, ambas empresas pactan una compraventa dentro de un año por una tonelada de oro. Acuerdan que este contrato no tenga valor en el momento que lo pactan, pero que en un año la joyera pagará a la minera una cantidad $X a cambio de la tonelada de oro. Este es el más simple de los productos financieros derivados, se conoce como contrato de futuros. Con este derivado ambas empresas dejan de estar sujetas a las fluctuaciones en el valor del oro a lo largo de un año, la vendedora-de-oro no se preocupa por bajas en su valor ni la compradora se preocupa por alzas en el mismo, pues sin importar el precio futuro del oro dentro de un año, se comprometieron a hacer la transacción por una cantidad de $X. Como actuario debemos brindar un valor X que haga que el contrato sea justo para ambas partes.

Los derivados pueden hacerse sobre cualquier activo subyacente con precio variable, y el contrato puede tener distintas finalidades.

Estadística

Esta disciplina es usualmente cultivada por matemáticos aplicados, pero la carencia de los mismos en nuestro país llevó a los actuarios a abarcar una parte importante de esta área a niveles académicos y profesionales.

La estadística es la rama de las matemáticas que se ocupa de la recolección, ordenación y análisis de datos. Representa un pilar fundamental de nuestra formación universitaria como actuarios pues, como ya lo revisamos anteriormente, son los datos arrojados por la experiencia los que nos permiten proyectar escenarios  para tomar decisiones.

El análisis de las cada vez más y más extensas bases de datos ha servido como soporte para la toma de decisiones de diferentes agentes económicos y políticos.

Hay actuarios aplicando diversas técnicas estadísticas en empresas privadas, tales como casas encuestadoras que se dedican a hacer estudios de mercado, o bien en industrias relacionadas con diversos campos de la actividad económica. En el proceso democrático de nuestro país los actuarios han participado diseñando y validando las encuestas y los conteos relacionados con procesos electorales, a través de los servicios que prestan a diversas empresas de consultoría, o bien a los medios de comunicación. Durante los últimos años, la mayoría de los miembros del Comité Técnico Asesor del IFE (hoy INE) para el conteo rápido en las diferentes elecciones, han sido actuarios.

La estadística tiene varias sub-disciplinas, como es el caso del análisis multivariado, los modelos lineales, el análisis de supervivencia, el control estadístico de la calidad, el muestreo y el análisis de series de tiempo, sólo por mencionar algunos.

Investigación de operaciones

Tal vez una de las disciplinas con menor relación a la Actuaría (a nivel mundial en donde las áreas tradicionales predominan) es la Investigación de Operaciones (IO), la cual usualmente está asociada a profesiones como ingeniería. Este tema era optativo para los planes anteriores al 2000 de la Facultad de Ciencias pero muchos estudiantes de la carrera la cursaban y, ante la falta de profesionales en este campo, los egresados de la licenciatura se desarrollaron en esta área en diversas industrias.

La IO es una rama de las matemáticas cuyo principal objetivo es la de implementar la metodología científica para la toma de decisiones sobre aquellos procesos que necesiten algún tipo de optimización (es decir, hallar máximos o mínimos de cada proceso).

Algunos ejemplos tradicionales de las aplicaciones de la IO:

  • Problema de producción: Si hay distintos tipos de máquinas productoras, que varían en tiempo y recursos necesarios para elaborar distintos tipos de productos, ¿qué cantidad de cada uno se debe producir por máquina para maximizar ganancias?
  • Problema de distribución: Si se desea distribuir cierto producto y se conocen los puntos de venta así como las necesidades de cada uno, ¿cuál sería la ruta óptima a seguir para cubrir la demanda minimizando los costos?
  • Problema de la mezcla: Si la creación de los productos en una empresa varía únicamente de los porcentajes de las materias primas empleadas, y se tiene un presupuesto fijo, ¿cuál sería la proporción óptima a crear de cada tipo de producto para maximizar las ganancias?

Como éstos podemos seguir mencionando una gran cantidad de ejemplos que se implementan en un sinnúmero de áreas laborales.

Sistemas computacionales

Gracias a la forma lógico-estructurada que le brindan las matemáticas a un actuario a la hora de resolver los problemas, es posible incursionar en el mundo de la informática. Una de las tareas más demandadas en el campo laboral es la automatización de procesos, pues representa un ahorro importante de tiempo y de capital humano. Los procesos de los que hablamos son muchos y muy variados, algunos ejemplos:

  • Actualización de una base de datos sobre clientes de hipoteca para un banco.
  • Análisis estadístico sobre los riesgos de un portafolio de inversión ocasionado por cambios diarios en las tasas de interés.
  • Cálculo de las reservas técnicas para todas las carteras de una aseguradora.
  • Compra- venta de acciones cuando el valor de éstas lleguen a ciertos límites.

Como actuarios no sólo debemos entender los alcances de los diversos lenguajes de programación a la hora de automatizar los procesos, sino también encontrar el método óptimo de efectuarlos.